Los dueños de este ático querían un jardín especial, un lugar para descansar y desconectar, un rincón lleno de belleza para soñar con miradores desde los que contemplar el bosque.
La propuesta que definimos en el estudio plantea una serie de jardineras lineales, realizadas en madera de ipe, que se sitúan en los límites de la terraza y que con sus diferentes alturas integran elementos como la chimenea, las barandillas y las cubiertas para dar continuidad visual al espacio.
Conseguimos un espacio acogedor en el que la continuidad del material en suelos, jardineras y barandilla amplia el espacio y proporciona un fondo cálido.
Un espacio único en el que pasar jornadas entre amigos y disfrutar del exterior.